Nos pasamos la vida etiquetando a las personas. Cuando somos pequeños en el colegio, compañeros, profesores, padres e incluso nosotros mismos nos colgamos alguna que otra etiqueta que nos ha acompañado a lo largo de nuestra vida.
Deshacernos de ella no es tarea fácil, nos la hemos creido tanto que realmente creemos que somos esa etiqueta.
Pero la cosa no cambia cuando somos adultos, seguimos colgando etiquetas, diferentes claro está, pero las colgamos, nos olvidamos que las personas somos un cúmulo de experiencias, vivencias , miedos que nos han hecho quienes somos y que la mayoria de las veces no mostramos nuestro autentico YO.
JUZGAR menos por lo que aparenta ser e intentar conocer mas a la persona, al auténtico SER que habita bajo esa montaña de imperfecciones, con sus sueños, inseguridades y miedos nos puede llevar a conocer personas maravillosas, imperfectas, pero grandes personas que quizás nos aporten grandes cosas a nuestras vidas.
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